domingo, marzo 02, 2008

SANTS ESCREMA, 4 - CAMELFALL, 2

DE NUEVO A LAS ANDADAS

Podríamos resumirlo con la simple mención de una nueva derrota de Camelfall tras dos partidos resultones. Tras el último partido con los McGillycuddy's concluido en empate, bien acompañado por el protagonismo de Taraville, volvimos a la senda de siempre. El rival era un viejo conocido, Sants Escrema, en uno de esos partidos repletos de amor y cariño en el que siempre surge el mismo debate: ¿hay que cargarse al 9 para que cese en su empeño de dejar en evidencia a nuestra defensa? No es necesario gran cosa para que nuestros muchachos demuestren sus artes en comb... digooo, en el campo. Sin embargo, a pesar de las llamadas a la leña de nuestro arquero, el partido transcurrió como siempre.

Escrema se encerró atrás y esperó pacientemente las oportunidades para soltar los zarpazos. La posesión era camellera, apretaban y apretaban, pero sin despertar mucho miedo. Cuando los azulados se cansaba, entonces su rival salía en contraataque, dos contra uno y gol. Y desde la otra punta del campo, Alberto quejándose. Y así sucesivamente hasta cuatro veces (2-0 en la media parte). Camelfall no cae dos veces en la misma piedra, lo suyo parece un sketch de los monty python.

Sin embargo, la fortuna favoreció a los orcos camelleros. El rápido de Escrema se lesionó (las malas y viciosas lenguas hablan de un recadito de Metalazzi) y hubo de acabar de portero. Fue entonces cuando el dominio camellero pasó a ser absoluto. Con 4-0 abajo y 12 minutos por delante, Camelfall tenía la ocasión de, como mínimo, maquillar el resultado fruto del "atac i gol" al que sometió a su contrincante. Tocaba un poquito de puntería.

Pero el acierto no estaba barato. La delantera de fina no tenía ni la Ina. Hubo de ser Javi Díaz el que estrenara el casillero camellero tras un disparo de falta. Y con emoción, eh! El balón tuvo que dar al palo y luego superar las resistencias del accidental portero, cabronazo él en oponerse con tanta insistencia a que entrara la pelota. Ortega fue raudo y veloz a recoger el balón de la red, mientras Alberto se quejaba de un grano que tenía en el maxilar izquierdo.

Siguió insistiendo Camelfall como si pretendiera un

embarazo. Sin embargo, Escrema demostraba su habilidad moviendo la portería cada vez que disparaban a puerta los atacantes camelleros (sinó, no me lo explico). Fue Ortega el que, tras un fiera lucha por el balón, hizo uso de sus fornidas espaldas forjadas en el gym de Geminis para enviar fuera del campo al defensa rival, hacerse con el balón con cucharilla y enviarlo al fondo de la red (4-2). Por una vez, golpeó el balón con el empeine.
El tiempo se agotó y con este marcador concluiría el encuentro. Los deberes quedaron por hacer, pero no pasaba nada. En la Flama se puso el punto que faltó en este entretenido partido. Salud y bravas!